La montaña es un lugar al que acudir para estrechar nuestro lazo con la naturaleza. Un espacio salvaje que aún conserva su esencia original. Un lugar en el que poder dejar volar nuestros pensamientos mientras admiramos las maravillas que sus paisajes y medios naturales llenos de armonía nos brindan. En definitiva, un refugio ideal en el que encontrarnos con nosotros mismos y con nuestro entorno.
Eso sí, la montaña como parte de este ser incontrolable e impredecible que es la naturaleza, se tiene que percibir como una zona potencialmente peligrosa.
Un espacio aislado y de difícil acceso, que en caso de emergencia médica dificultaría considerablemente las laborares de rescate. Aumentando el riesgo de peligro de la persona herida.
Por ese motivo, antes de realizar cualquier actividad de montaña es necesario que planifiquemos previamente la actividad que queremos realizar. Debemos obtener información fiable y entendible de la ruta o actividad que queremos realizar, conociendo las exigencias físicas que ésta requiera.
Seguidamente, nos informaremos sobre la predicción meteorológica de la zona. Esta información es muy valiosa de cara a evaluar si una salida es viable o no. Las condiciones meteorológicas pueden suponer un potenciado de riesgo importante, sobre todo si no estamos pendientes de ellas (lluvias, nevadas, vientos, tormentas…).
De cara a la planificación de una salida invernal en la Val d’Aran, antes de todo, deberemos consultar el boletín de peligro de aludes, ofrecido por el Centre de Lauegi d’Aran. Este estudio nos aportará conocimiento e información sobre el riesgo de aludes en las diferentes vertientes de la montaña, además de presentarnos la orientación, la cota, el tamaño y la probabilidad de que éstas se desencadenen.
Una vez que sepamos las condiciones del terreno y meteorológicas contra las que nos vamos a enfrentar, nos dispondremos a seleccionar el equipo necesario para la actividad que queremos desarrollar. Debemos coger sólo lo imprescindible. Todo el material de más que pongamos dentro de la mochila, se transformará en un pesado lastre que arrastraremos durante toda la jornada.
El último consejo para minimizar el riego en la montaña es ir acompañado para realizar cualquier actividad. En caso de emergencia, tendremos un/a compañero/a que podrá socorrernos o ir en busca de ayuda.
Si queréis aprender más acerca de la seguridad en la montaña y cómo realizar una prevención de riesgos, formaros con los diferentes cursos que ETEVA os brinda sobre deportes en el medio natural.
¡La seguridad es lo primero!