El curso de los ríos ha sido desde la época prehistórica foco de atención y necesidad humana, puesto que han sido los responsables de brindarnos agua potable, alimentos, y servirnos como vía de comunicación y guía.
Desde principios del siglo XX, la progresión por ríos y barrancos se comenzó a realizar como parte de excursiones espeleológicas, con el fin de descubrir los diferentes terrenos y las características y ecosistemas propios de cada corriente acuática. Con el tiempo, y sobre todo entre las décadas de 1950 y 1980, el barranquismo se desarrolla hasta convertirse en una práctica deportiva que aúna técnicas y elementos de la escalada, el alpinismo, la espeleología y el senderismo.
Se puede practicar en barrancos con caudal variante o incluso en los denominados “barrancos secos”. Algunas rutas combinan tramos de las dos clases.
Depende el caudal del río, nos exigirá mayor o menor nivel de natación, y debemos tener en cuenta que los rápeles de escalada son una técnica que se acostumbra a usar en mayor o menor medida en casi todos los descensos. Aquí diferenciamos entre el canyoning (barrancos que exigen un nivel bastante elevado) y los paseos acuáticos (recorridos que se suelen anunciar en las empresas de aventura) donde no se exige tan buen nivel de natación y se realizan muchos pasos por toboganes de agua y saltos menores.
Para la práctica del barranquismo, se precisa utilizar un traje de neopreno, calzado específico para barrancos, casco y arnés (junto con dos cuerdas de seguridad y descensor).
Los guías son los encargados de llevar el material de progresión (mosquetones, eslingas o descensores adicionales), el material de seguridad y el equipo de rescate (así como un kit de primeros auxilios).
El barranquismo permite experimentar sensaciones extremas y diferentes a las que podamos encontrar en cualquier otro deporte de montaña. Seguir el curso natural de un río hace que nos fusionemos al cien por cien con la naturaleza y vivamos de primera mano la manera en la que ésta transforma el terreno por el cual pasa, conociendo a fondo la orografía de distintas zonas.
Si nunca has realizado el descenso de barrancos, te animamos a que lo pruebes y vivas por ti mismo/a estas sensaciones. Si por el contrario ya has tenido la oportunidad de realizar más de un descenso y te encanta la montaña, te recomendamos que eches un vistazo a la formación que te ofrecemos mediante la cual puedes llegar a convertirte en un/a guía experto/a en el canyoning y el descenso de barrancos, impulsando esta actividad y ayudando a mucha más gente a descubrir el barranquismo de la manera más segura y divertida.