Bienvenida Sara, queremos hacer honor a tu labor como coordinadora de la parte ambiental de ETEVA, conociéndote un poco mejor, descubriendo los entresijos de tu profesión y tu ‘savoir-faire’ en la Val d’Aran.

Empecemos.

Conocemos tu empresa Verd e Blu, pero para nuestros lectores, nos gustaría saber con tus palabras las principales funciones de la plataforma.

Es una iniciativa de servicios relacionados con el patrimonio natural aranés: animación, educación, mediación y promoción de la biodiversidad y riqueza ecológica del territorio. Tenemos dos grandes objetivos personales en este proyecto: por un lado, acercar la naturaleza y su conocimiento a todas las personas. Hacer visible lo invisible; aprender a reconocer lo que vemos y pisamos cada día. El segundo reto, otorgarle el valor que se merece a un tesoro tan destacado como es el entorno natural en la Val d’Aran. Levantar consciencias sobre el paraíso naturalista en el que vivimos y/o turisteamos.

Sara Arjó, especialista en Medio Ambiente

¿Cuál es tu principal motor para dedicarte a tu profesión?

Mi motor es mi pasión por la vida en todas sus formas y el amor a mi tierra. ¡¡¡No podemos perder los privilegios que nos ofrece nuestro valle!!!
Una firme creencia en que solo lo cuidamos lo que amamos y no se puede amar sin conocer.
Una máxima, la divulgación, seducción y puesta en valor del patrimonio natural local como recurso para atraer y fidelizar personas al territorio, y por tanto, crear la necesidad de cuidarlo y mantenerlo para que nos dure mucho tiempo.

¿Cuándo te diste cuenta de que faltaba esa consciencia ambiental en un entorno como la Val d’Aran? ¿Cómo empezó todo?
Cuando para poder salir a escuchar pájaros o buscar plantas y clasificarlas tenia que “acudir” a personas que no vivían aquí. Cuando para ver más allá de un paisaje no tenía vecinos sino turistas…
Cuando caí en la cuenta de que existe una visión de conservacionismo urbanita que considera el territorio a su servicio, y que yo no comparto. Por eso creo imprescindible que las personas que vivimos en la Val d’Aran conozcamos y sepamos defender nuestro entorno. Y que los Pirineos no sólo sean un mero espacio de recreo de las grandes urbes. Ni sus servicios para el fin de semana y las vacaciones ni un parque zoológico. Debemos defender nuestra casa por nosotros y para nuestro disfrute. ¿Por qué, sino, hemos dejado la ciudad?
Es importante buscar fórmulas de convivencia y mediación entre locales, turistas y entorno, un desarrollo económico, social y medioambiental que sea beneficioso para las tres partes. ¡¡Consiguiendo así que la apuesta por vivir en Aran valga toda la pena!!

Gracias a tu labor y tu consciencia medioambiental, trabajaste junto con la dirección de ETEVA para conseguir el curso de Educación Medio Ambiental que impartimos desde hace dos años en nuestra escuela y hoy eres su coordinadora. ¿Qué te gustaría resaltar de este curso?
Considero que es un complemento ideal para los guías de montaña, de turismo, de deportes de invierno o para cualquier persona con interés sobre la biodiversidad y la naturaleza. Descubrimos la flora, fauna, geología, tradiciones,… todo un mundo de experiencias y conocimiento que sin duda hace vibrar a cualquiera que abra los ojos. Y además lo hacemos en el mejor escenario posible, era Val d’Aran.
Repasamos la conducción y la seguridad en actividades en el medio. Aprendemos a proponer programas de educación ambiental. Conocemos los problemas y soluciones del impacto de las actividades humanas, Trabajamos conflictos medioambientales como los residuos y el cambio climático.
Reforzamos los contenidos y la comprensión del entorno. Es una formación imprescindible para crear propuestas laborales basadas en el ecoturismo.

Sara en un curso sobre educación ambiental

¿Por qué crees que este curso es importante en nuestra sociedad como en la que vivimos hoy en día?
Hoy más que nunca, las personas necesitamos reconectarnos a la naturaleza, a nuestra esencia. Es importante que este reencuentro sea con una base sólida. En espacios bien conservados y de la mano de personas que tengan un conocimiento sobre estos ecosistemas y su funcionamiento, que sepan todos los secretos, sus porqués y que tengan las respuestas para acercarnos verdaderamente a nuestros orígenes. El curso de Interpretación y Educación ambiental que ofrece ETEVA es una formación que ofrece estas competencias, además en un entorno super privilegiado como era Val d’Aran. Que más se puede pedir.

¿Ves un futuro próximo más concienciado con la sabiduría y conservación del medio ambiente?
No veo otro futuro posible si queremos que exista futuro.

¿A qué salidas profesionales pueden aspirar los alumnos con la finalización el curso? ¿Puede ser complementario con otro tipo de actividades?
Como ya he dicho yo lo veo complementando a las formaciones de guías deportivos en cualquiera de sus disciplinas, ya que todas se desarrollan en un ecosistema, en un espacio del entorno.
Algunos de nuestros alumnos han podido desarrollar propuestas de ecoturismo, han participado en campañas de sensibilización escolar, contribuido en diseños de material educativo. Otros son guías de montaña que han visto reconocido su mayor conocimiento del entorno en sus salidas.

Además de todo lo anterior mencionado, también eres experta en las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) y en formación online. ¿Qué te gustaría resaltar sobre esto?

Bueno, yo no diría experta, para nada. Sí que me gustan las TIC y actualmente estoy cursando un máster para utilizar estas herramientas como una manera más de acercar el conocimiento de la naturaleza a las personas. Parece que con los tiempos que nos vienen, me va a servir de mucho

Y para terminar, ¿cuál es tu sensación o experiencia como educadora del medio ambiente en este mundo que mayoritariamente está compuesto por hombres?

Bueno de los/as alumnos/as que hemos tenido entre los dos cursos, la mayoría eran mujeres, aunque por poco (11 hombres a 14 mujeres). Creo que podría diferenciar mis experiencias en dos: en el ámbito de la educación ambiental no ligada directamente a la figura de guía de montaña, no hay diferencias destacables en tema de género.
El espacio del guiaje de montaña, sí que está representado mayoritariamente por hombres. En esta nueva faceta que se le abre a la figura del guía de montaña como embajador de la naturaleza, donde se une el entorno, la ciencia y la educación; el cuidado con la montaña, puede ser una gran oportunidad para atraer a más mujeres con dotes de comunicación y en muchas ocasiones con mayor formación académica.