Hoy queremos compartir con vosotros el testimonio de Lola López García, oriunda de Vielha y criada entre montañas. Por causas familiares, Lola se hizo cargo del negocio familiar, un hotel donde se alojaban turistas, deportistas y otros viajeros.
Tras 17 años al cargo, decidió tomar el timón de su vida y decidió dejarlo. Y hoy por hoy y junto a ETEVA, puede decir que se dedica a su gran pasión durante todo el año: la montaña.
¿De dónde te viene la pasión por los deportes de invierno?
Desde bien pequeña he practicado varios deportes como ballet, esquí náutico y Taekwondo. Mis mejores recuerdos son las bajadas por la antigua estación de esquí que había antes en la Val d’Aran, Era Tuca.
Hace unos años, decidí cambiar mi rumbo profesional y me embarqué a trabajar en la tienda de deportes de un amigo mío que estaba especializada en esquí nórdico, especialidad que a penas conocía. Con el afán de querer asesorar mejor a todas aquellas personas que visitaban la tienda, decidí formarme como Técnica Deportiva en Esquí de Fondo en ETEVA.
¿Fueron estos tus primeros estudios enfocados al mundo profesional?
No. De jovencita estudié la carrera de biología, y siempre he seguido formándome en otros aspectos. Pero tras dejar el negocio hotelero, decidí volver a estudiar y empecé por el curso de esquí nórdico. Poco a poco, comencé a trabajar como profesora de esta modalidad y debido a mi pasión por la montaña decidí realizar las pruebas de acceso de media montaña, y aprobé. Así que que me lancé de cabeza hacia el TD1 de media montaña.
¿Crees que con el TD1 es suficiente?
No, ya que el TD1 tan sólo te permite realizar acompañamientos a grupos con otro guía que sí esté titulado… Por eso decidí ponerme de nuevo a estudiar el TD2 de media montaña, para así poder ser una guía de montaña de manera oficial y más completa y durante todo el año poder dedicarme a mi gran pasión: la montaña en todas sus versiones.
¿A qué te dedicas hoy en día? ¿Cuál es tu ámbito profesional hoy en día?
Durante el invierno soy entrenadora de esquí nórdico a nivel privado y también en uno de los pocos clubes de la Val d’Aran que apuestan por esta modalidad y también realizo salidas con raquetas de nieve. Durante el resto del año trabajo como guía de montaña acompañando grupos por todo el territorio pirenaico e incluso también por alguna parte de la costa catalana. Poco a poco y gracias a antiguos contactos, he establecido una buena cartera de clientes que me permite dedicarme a la montaña a todo el año. ¡Me siento muy afortunada!
¿Es aquí donde termina tu formación?
¡Para nada! Tras varios años siendo Técnico Deportivo en esquí nórdico y montaña, decidí ampliar mi formación como Técnico Deportivo de esquí alpino, ya que gracias a los cursos impartidos gozaba de varias convalidaciones, así que durante un verano curse el bloque específico del TD1 en los Alpes y luego me puse con el TD2.
A día de hoy me faltan las asignaturas prácticas del bloque específico para finalizar mi grado superior en esquí de fondo (TD3).
¿Te gustaría destacar alguna cosa sobre nuestra escuela?
¡Puedo destacar muchas! Primero de todo quiero resaltar que tengo muy buenos recuerdos del equipo de ETEVA. La dedicación a su oficio y su pasión por la montaña son contagiosos. Son muy profesionales hacen que las clases sean muy amenas y divertidas. Todavía recuerdo como Wilson se reía de mi técnica vintage” de esquí alpino.
También quiero agradecer su flexibilidad en cuanto a los pagos y con los horarios, si no hubiera sido por esto, hubiera sido imposible realizar todos los cursos. Además, quiero destacar que gracias a realizar mis cursos con ETEVA, he podido colaborar con ellos como profesora en algunas asignaturas del curso de esquí de fondo, e incluso en el Curso de Medio Ambiente que se realiza desde hace unos años.
A día de hoy, puedo contar con estudiantes de prácticas en guía de media montaña, apoyo de personas jóvenes y muy motivadas dentro del sector de los deportes. Aprendiendo de todos y de la montaña a diario.