Uno de los puntos más importantes a la hora de comenzar a practicar nuestro deporte favorito, ya sea esquí o snowboard, es el ejecutar un buen calentamiento que permita “despertar” a los músculos y prepararlos adecuadamente para una sesión de deporte sin imprevistos.
Hoy vamos a explicaros brevemente los pasos a seguir para poder realizar un calentamiento que nos sirva tanto para la práctica del esquí alpino como la del snowboard.
El calentamiento empezará por el tronco inferior, es decir, los tobillos. Para calentarlos, realizaremos rotaciones con la puntera de nuestro pie, hacia un lado y hacia otro con cada uno. Después, nos centraremos en las rodillas, colocando nuestras manos sobre ellas en posición de “semi” cuclillas y realizando “ochos” con ellas hacia dentro y hacia fuera.
Le llega el turno a la cadera, que pondremos en marcha poniendo nuestros brazos en jarra y dibujando círculos con nuestra cintura. Igual que en los ejercicios anteriores, primero a un lado, luego al otro.
Llegados a este punto, nuestro tren inferior debería de estar ya “caliente” para empezar la actividad. Ahora vamos a echar un vistazo al tren superior.
La mejor manera de activar esta zona del cuerpo, es a través de los brazos.
Un calentamiento correcto empezará por las manos, donde igual que con los tobillos, vamos a mover nuestras muñecas haciendo círculos.
Para los brazos, el mejor ejercicio que existe es el de estirarlos hacia arriba. Una vez aquí, vamos a hacer círculos girándolos hacia adelante durante unas 20-30 repeticiones. Luego repetiremos el mismo ejercicio estirándolos hacia atrás. También se suele alternar la posición, llevando un brazo hacia delante y el otro hacia atrás.
Por último, existe la vieja tradición de “pegarse unas carreras” cuesta arriba, con las botas puestas y esprintando. Tras esto, nuestro cuerpo estará al 100% para empezar con la primera bajada del día. ¡A por ello!