Hoy queremos hablaros sobre el esquí nórdico, o de fondo. Es una práctica arraigada en la mayoría de entornos en los que la nieve juega un papel fundamental y, de hecho, se creó para sustituir en ciertos terrenos a las raquetas y poder desplazarse más rápidamente.
En concreto queremos centrarnos en los beneficios que aporta a nuestro cuerpo la práctica de este deporte. El esquí nórdico es un excelente deporte aeróbico que hace que aumente el consumo de oxígeno y nuestra capacidad pulmonar, llegando a niveles de VO2max más altos que en cualquier otro deporte. Al realizarse en altura, también aumentamos los niveles de hematocrito en la sangre y nos permite cambiar de entorno al estar en mucha más relación con la naturaleza.
Así, es uno de los deportes más completos que existen, puesto que trabajamos gemelos, cuádriceps, glúteos y sóleos en nuestro tren inferior, mientras que el uso de los bastones hace que trabajemos el tren superior movilizando tríceps, deltoides y hombros, además de abdominales, lumbares y espalda.
Nos ayudará además a desarrollar una correcta propiocepción y a mejorar nuestra coordinación y equilibrio. Al ser un deporte poco lesivo, es ideal para practicar en cualquier edad, y se ha demostrado por investigadores suecos y de la Universidad de Indiana (USA) en hombres octogenarios que la práctica de éste deporte les ha ayudado a llegar en mejor forma física a los 80.
Se trata pues de una de las mejores opciones para ejercitar el cuerpo completo, pero como todo ejercicio aeróbico no debemos olvidar que la hidratación es un elemento fundamental a la hora de practicarlo.
Si eres un apasionado de éste deporte, tenemos tres niveles para que empieces tu formación como instructor y entrenador de una de las prácticas en la nieve más antiguas que existen.