La alimentación es uno de los componentes claves para desarrollar un plan de entrenamiento eficaz. Aquello que comemos repercute directamente en nuestro rendimiento y las actividades que realizamos. Por este motivo, debemos mantener un control sobre los alimentos que ingerimos para aumentar nuestra capacidad deportiva.
Debemos tener claro que un desajuste o exceso de algunos alimentos, en periodos de entrenamiento o competición deportiva, puede pesar en nuestro trabajo de desarrollo físico o técnico. Por eso, las épocas navideñas cargadas de abundancia de platos y comidas pueden ser un peligro, por mucho que las disfrutemos.
Por ello, en esta ocasión, os contaremos algunos consejos para definir una buena estructura alimenticia, fomentando los buenos hábitos alimenticios y renegando de algunos bocados.
La dieta de un deportista no debe separase demasiado de aquella que siga el público en general. Estableceremos los carbohidratos como ingesta de calorías más importante. Después las grasas y por último las proteínas.
Un deportista debe consumir alimentos lo menos procesados posibles, priorizando aquellos alimentos que estén más próximos a su estado natural. Para sumergir al deportista dentro del control de su propio cuerpo y estado físico, es ideal que este se prepare sus propios platos. De esta manera, el atleta será la primera barrera para juzgar la eficacia de la dieta.
Se recomienda comer con regularidad, cada tres horas. Entre estas ingestas, el desayuno es muy importante, como primera carga energética para afrontar la jornada. Los vegetales han de ser consumidos en todas sus variedades, tanto verduras como frutas en cantidad abundante y variedad, siempre mejor de temporada y de cercanía.
Las únicas grasas que nos sirven son las saludables, sirviéndonos de los frutos secos como principal fuente. Las proteínas deberán ser baja en grasa, ya sean de origen animal como vegetal. Por último, destacar una buena hidratación, con consumo medio del deportista de 2,5 l/día para mujeres y 3,5 l/día para los hombres.
Deberán evitar todos aquellos alimentos que favorezcan la inflamación, disminuyendo la posibilidad de lesionarse o sentirse pesado para realizar deporte. Entre estas comidas encontramos:
·Alimentos altamente procesados
·Embutidos
·Comida rica en grasa
·Snacks industriales
·Fritos y barbacoas
·Azúcares y educolcorantes (alimentación y bebidas)
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¡Adapta tu alimentación a tus objetivos!